No el sol, sino la súbita bombilla pálida ilumina
la artificial materia de la muerte. //
El espacio infinito de una sola agonía,
las repentinas formas rotas
en mil pedazos de vida violenta
sobre la superficie lívida del gris. //
No el sol, sino la pálida
bombilla eléctrica del frío
horror que hizo nacer
el gris coagulado de Guernica. //
Nadie puede tender sobre tal sueño
el manto de la noche,callar tal grito,
tal lámpara extinguir que alumbra
la explosión de la muerte interminable,
la cámara interior donde no puede
reposar ni morir en el gris de Guernica
la memoria.
José Ángel Valente
miércoles, 11 de marzo de 2009
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